jueves, 23 de abril de 2009

Sol que ilumina, margaritas que llegan, verde que mancha.



Ya es primavera en Cardiff. Jajajaja. Tal carcajada se debe a que al volver a leer la primera frase, recuerda al famoso slogan del Corte Inglés: “Ya es primavera en el Corte Inglés”.

Pues si. Para muchos la primavera puede resultar infernal: diversas alergias al polen, astenia…vamos que la primavera, “la sangre altera”. Sin embargo, no se puede negar los preciosos efectos que puede llegar a tener, sobretodo si en un país como Reino Unido, el sol se digna a asomarse y alumbrar las maravillas de dicha estación. Al volver a Cardiff, no hubiera dicho que me encontraba en UK, pues está haciendo un tiempo increíble, perfecto, ausente de nubes y el sol brillando sin descanso alguno. Los ingleses celebran y viven el sol como si fuera un gran acontecimiento. Se hace curioso encontrarse con cualquier zona verde, por pequeña que sea, ocupada por gente tumbada en la hierba, esperando a que el sol haga milagros. Ya que alguien ha estirado la cadena de la lámpara en el cielo, los Galeses extirpan flores del suelo y crean cursis coronas o exploran con lupa los escondites de cada insecto en la hierba.

El sol es algo excepcional. ¿Les será incluso motivo incluso de saltarse alguna clase? Cualquier persona, aún viniendo de países cálidos, podría sumarse a la alegría de tal hecho. Es entonces cuando uno se da cuenta de lo importante que es la luz del sol en nuestras vidas. Es luz. Es calor. El buen tiempo invita el aire libre, el campo, la calle y el buen humor. Gracias a estos últimos días de un tiempo incomparable, se puede apreciar de manera increíble el contraste de clima que en el Reino Unido puede llegar a haber si se roza la excepción.

Pero Cardiff resulta ser un descubrimiento estos días. Es como si la luz del sol destapara secretos que las nubes hubieran estado ocultando durante el otoño e invierno. Parece otra ciudad. Se ha añadido azúcar al plato y los grises de las casas se ven más dulces. Hay flores en cada rincón, amenizando la visión del paseante. Los árboles han engordado de hojas y es imposible no pisar una margarita por el césped del edificio de Humanidades. Incluso oscurece más tarde; milagro, pues las horas parecen corresponderse con su luz adecuada.

Con cientos de margaritas frente a los ojos, acompañados de verdes en distintos tonos, zumbidos de abejas en las orejas y canturreos polinizados, la primavera se ríe de la lluvia, tormenta y otros desastres. No estamos ahora mismo para el arrastre, pues nos impulsa al verbo sonreir.

1 comentario:

  1. El sol nos permite disfrutar de lo que la lluvia ha hecho brotar y florecer. Besitos

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